
nEl producto de una elección consciente, manejada con sentido crítico a favor de una renovación de la escritura. Produce la intención de reactivar discursos vaciados por la retórica llevó a muchos autores de los ochenta y de los noventa al punto sin retorno de la ilegibilidad. Algunos, los menos, deliraron vanguardistas mientras otros, que se decían postmodernos, participaban, sin entender muy bién de qué se trataba, en la falacia del transvanguardismo.
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